La sombra


Contra el vidrio quedaron pegados restos de fideos e infancia.
Dio un portazo y se fue.
Lo vi alejarse por la mirilla.
Desde ese agujerito acepté mi soledad.
El maquillaje se me había distorsionado.
No pude decirle nada
y mi boca
se transformó.
En ceniza.
Desplomé el cuerpo en el sillón.
Desde ahí pude ver que dejó su sombra sobre el escritorio.
Ahí.
Junto a la taza de café.


LUS

lustración: Luciana G. Verbauwede http://lugverbauwede.blogspot.com/

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