Un perro vestido de perro - Libro de arena

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MARTES, 22 DE DICIEMBRE DE 2015
Un perro vestido de perro
De qué se disfrazan nuestras compañías más queridas, o de qué creemos que se disfrazan es un juego de imaginaciones propio del universo infantil pero también del no tan infantil. Muchas cosas terminan por emparejarse con lo que nos parece que es más adecuado que las represente. Libro de arena comparte una ficción de una alumna de Iris Rivera que aborda las dimensiones de las cosas.

Por Luciana Schwarzman

Marita se dio cuenta  de que su perro Tadeo estaba vestido de perro. Lo descubrió esta mañana mientras se lavaba los dientes. Resulta que Tadeo siempre la espera en la puerta.  Él la mira, la espera. Ella lo mira, se enjuaga. Y recorren juntos todos los rincones de la casa. Adonde ella va, él la sigue. Adonde él va, ella lo deja.
Cada vez que Marita prepara el desayuno, el gran danés Tadeo va solito a la terraza, marca el territorio haciéndole pis en alguna de las macetas. Y ambos tardan el mismo tiempo: Marita en preparar el desayuno, Tadeo en hacer pis. Hasta esta mañana, Marita se preguntaba cómo hacían las plantas para resistir el largo pis de un gran danés. El caso es que lo aguantan y Tadeo y Marita desayunan juntos.
Pero esta vez  Marita puso a calentar su leche y una sospecha la acercó a la escalera. Dejó sus chancletas en el primer escalón y subió en puntas de pie a espiarlo. Primero asomó la nariz por la puerta de la terraza. Sabía que si él la escuchaba, dejaría de hacer lo suyo y ella no podría descubrir si estaba escondiendo algo.
Marita soltó tres olfateos al aire y nada. La puerta estaba despejada para atravesarla. Con un saltito suave se acercó hacia la primera maceta. Detrás de la planta de palta volvió a asomar la nariz. Y ahí estaba Tadeo. Marita inclinó la cabeza por entre las hojas de la palta para verlo mejor. Hizo unas maniobras de mimo para despejar la visión, y sí. Lo confirmó. Su disfraz de gran danés encubría a un Tadeo pekinés.
¡Lo pescó justo! Marita ahora estaba segura de haber visto a un pekinés disfrazándose de gran danés. No va a olvidarse jamás de esa imagen de su propio perro;  unas patitas cooortas que abrochaban una camiseta laaarga. No se estaba rascando el ombligo. Estaba terminando de abrocharse la camiseta de gran danés. Tadeo se estaba terminando de vestir de perro. Ella lo vio. En seguida, Tadeo gran danés se asomó por el balcón. Marita entendió que lo hacía para alardear con los perros del paseador.
¡No lo podía creer! Todos estos años había vivido engañada. ¿Cómo es que no se había dado cuenta? Y es que Marita se levanta tan dormida por la mañana… Y Tadeo, tan astuto…
Enojada, volteó la maceta sin querer. No pasaron ni dos segundos antes de que Tadeo se pusiera a jugar con la tierra. Marita había quedado parada de una forma extraña, entretorcida y malabareada. Al descubierto, sin la planta de paltas.
Ella no paraba de mirarlo. Buscaba algún cuello de camiseta, una costura, un botón. Amagó tirarle una pelotita para distraerlo y así Marita salió corriendo hasta donde lo había encontrado segundos atrás abrochándose el traje. Tadeo la siguió, como siempre, como si nada.
Dentro de su disfraz de perro grande, Tadeo encubría su identidad de petiso y ñato¡Con razón ladraba tan finito! Ni siquiera espantaba a los gatos del cuartito de la terraza. Y siempre sobraba comida en el plato que Marita le llenaba cada día. Cuando venían visitas a la casa todos se reían porque semejante gran danés no les diera ese empujón de bienvenida que esperaban. Claro, por eso es que hacía meses que estaba sin terminar el hueso que le había traído de la carnicería. ¡Y las plantas! Siempre encontraba a las macetas más bajitas con tres gotitas de pis.
Igual, después de semejante descubrimiento, mucho no cambió la situación. Marita sigue dejándose llevar por las perrerías de Tadeo, son el uno para el otro y por más traje que se ponga, va a seguir siendo su compañero. Tadeo es un chiquito con ganas de grande. Y ella lo descubrió.


Ilustración: Verónica Fradkin
*Luciana Schwarzman: es periodista y escritora ¡Por su culpa! es su primer libro editado por Ediciones de la Terraza. Participa del proyecto solidario de libro álbum, “Cuenten con nosotros”, que realiza la cátedra Lenguaje Visual en la Universidad de Bellas Artes de la FBA UNLP (Universidad de La Plata). Escribió cuentos para la revista Billiken. Participó de la edición especial del Día del Niño que organiza la UTPBA (Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires). También, es parte del taller literario de Iris Rivera y organiza el Picnic de Palabras Argentina en la sede de Haedo, Buenos Aires. Pueden seguir sus trabajos en: www.unapiedraytecuento.blogspot.com www.lucianaps.com.ar


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